Flor de lavanda

La flor de lavanda pertenece al género Lavandula, perteneciente a su vez a la familia Lamiaceae. Ésta última comprende cerca de 65 especies, todas ellas originarias de las zonas del mar Mediterráneo. Solo en esta zona encontramos lavandas salvajes. En otras zonas del mundo podemos encontrar, pero son especies híbridas.

El origen del nombre de la lavanda ya nos explica las virtudes que ésta presenta. Y es que lavanda deriva del verbo “lavar”, sugiriéndonos que desde hace siglos la lavanda se utiliza para perfumar la ropa recién lavada. Además de por el nombre lavanda, éstas también son conocidas como alhucema, espliego o cantueso.

Al hablar de la lavanda hablamos de una flor muy resistente a las inclemencias meteorológicas propias del clima de la región mediterránea. Ésta presenta una amplia variedad de propiedades que van desde el uso en perfumería hasta el uso medicinal.

La lavanda es una planta perenne de dimensiones pequeñas que llega alcanzar como máximo cerca del metro de altura en épocas de floración. Sus hojas son lineales, lanceoladas y estrechas.

¿Cómo es la flor de la lavanda?

Sus flores se encuentran en espigas y presentan un color azul-violáceo muy característico. Éstas tienen la característica de desprender un relajante perfume, aunque no todas las especies presentan un aroma agradable.

Lo más deseado de la lavanda es su aceite esencial, el cual se puede usar para obtener múltiples beneficios que ya analizamos en otro artículo de la sección en el que vemos las propiedades de las lavandas.

El ciclo de vida de las lavandas es de 10 años, aunque a partir del quinto año se tornan más leñosas y aumentan su producción de aceites esenciales. Los años más productivos para la extracción del aceite esencial de la lavanda va desde los 3 hasta los 8 años desde su plantación.

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