Nenúfares blancos

Los nenúfares blancos también son conocidos bajo otros nombres: Nenúfares blancos europeos, aguapés blancos, rosas de amor, ninfas blancas, adargas, azucenas de agua, escudetes de Europa e incluso rosas de Venus. Su nombre científico es Nymphaea alba y pertenece a la familia de las Nymphaeaceae.

La belleza de estas flores de blanco inmaculado ha dado origen a innumerables leyendas, aunque la más famosa de todas es la que habla de la creación de estas flores de manos de la diosa Diana.

La leyenda cuenta que Cupido trató de acabar con la diosa disparándole una flecha al corazón, pero ésta la esquivó y la flecha acabó en el pecho de Ninfea, una ninfa de Diana. Ésta se precipitó sobre las aguas, pero Diana no dejó que se hundiera, la hizo flotar y la convirtió en una flor de blancura deslumbrante llamada nenúfar.

Las flores blancas de esta especie de nenúfares son muy grandes, llegando a alcanzar hasta los 20 cm, y presentan un aroma embriagador. Aunque tiene un parentesco muy arraigado, debemos distinguir esta especie de nenúfares del nenúfar blanco boreal.

Este tipo de nenúfares tienen otro uso además del tradicional uso decorativo de los nenúfares. A éste se le han atribuido propiedades medicinales afrodisíacas, calmantes y anticolinérgicas. En la antigüedad también se usaban para intentar tratar problemas relacionados con el deseo sexual.

Pero no solo propiedades medicinales tiene, sino que también presenta usos culinarios. Y es que sus semillas pueden usarse como sucedáneo del café y las flores pueden conservarse en salmuera. Sus tallos subterráneos llegan a comerse en algunas zonas del mundo.

Este tipo de nenúfares crece en los cursos de agua tranquilos y en estanques de regiones templadas de Europa, China, Rusia, India, Marruecos, Túnez, Cáucaso, Argelia y suroeste de Asia.

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